“Acordar una serie de metas de políticas públicas es una cosa, determinar quién debe pagar por ellas puede ser más complicado”, señaló la publicación británica en una nota que aparecerá en su edición impresa del sábado 8 de diciembre.
Aunque la revista reconoce que la situación política que enfrenta el nuevo gobierno de Enrique Peña Nieto es más promisoria de lo que sugieren las imágenes de los disturbios tras su toma de protesta el pasado 1 de diciembre, también destaca que lo acordado en el pacto puede encontrar complicaciones a la hora de llevar el Paquete Económico 2013 que la Cámara de Diputados debe aprobar antes de que concluya el año.
Según la publicación, en el Pacto por México el presidente esperaba el apoyo del partido “conservador” Acción Nacional (PAN) quien “comparte la mayoría de las ideas económicas” del Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero el verdadero “golpe”, según la publicación, llegó cuando Jesús Zambrano, líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD) firmó el documento. Aunque muchos de los miembros del PRD están en contra de Peña Nieto, algunos gobernadores izquierdistas están dispuestos a trabajar con él.
Para The Economist el gabinete presentado por Peña Nieto contiene “toques tripartistas” ya que la mayoría de los miembros son “jóvenes priistas tecnócratas”, algunos panistas como José Antonio Meade, ministro de finanzas de la pasada administración panista, mientras que la izquierda también se encuentra representada por la exjefa de Gobierno del DF Rosario Robles, y Manuel Mondragón el exjefe de la policía en la Ciudad de México.
La revista señala que la carrera presidencial de Peña está tomando una forma muy parecida a su gestión como gobernador cuando llamó la atención con su lista de promesas, cumpliéndolas siempre frente a las cámaras de televisión.
Durante el primer discurso de Peña como presidente, anunció 13 propuestas para cubrir sus primeras semanas de gestión, algunas fueron llamativas como la reintroducción del tren urbano de pasajeros y otras indican que el priista buscará retomar los temas que han provocado el estancamiento del país, provocado en su mayoría por el mismo PRI en el pasado, de acuerdo con el texto.
The Economist publica que Peña Nieto también ha anunciado sus planes de enfrentar al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), una organización que ha disfrutado una relación cómoda con el PRI. El presidente dice que quiere profesionalizar el entrenamiento a maestros y prohibir los puestos heredados en la educación, por eso ha señalado a Emilio Chuayffet como secretario de Educación Pública (SEP) para enfrentar a Elba Esther Gordillo “la cabeza de la mafia de la educación”.
En materia de energía, Peña Nieto casi ni mencionó en su primer discurso la reforma energética, el Pacto por México habla sobre mejorar Petróleos Mexicanos (Pemex) en vez de abrirlo a la competencia. Según el documento firmado por los 3 líderes de los mayores partidos políticos del país, la propiedad y control de Pemex e hidrocarburos del país “seguirán en las manos de la Nación, vía el Estado”. Hacer que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) coincida probablemente habría sido imposible, indica The Economist.
Sobre la ola de violencia, el presidente quiere unir la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) con la Secretaría de Gobernación (Segob) la cual estará encargada de coordinar la lucha contra los cárteles de droga, además propuso crear un Código Penal único, desapareciendo 31 códigos en esa materia.
(Con informacion de adn politico)
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