El argentino Lionel Messi, ganador del premio Balón de Oro de la FIFA, celebra con el trofeo. OLIVIER MORIN / AFP/Getty Images |
Messi ha marcado un hito al lograr el cuarto Balón de Oro, y además de forma consecutiva, un altar que ningún otro jugador del firmamento llamado fútbol había conseguido jamás.
Claramente emocionado y faltándole las pocas palabras que normalmente balbucea cuando agradece, el astro dedicó el premio a sus compañeros, a su esposa y a su hijo, y se quedó boquiabierto al ver la platea al completo del Kongresshaus de Zúrich en pie ovacionándole.
La entrada en la historia de este argentino de Rosario, descubierto por el Barça aún cuando era un niño con problemas de crecimiento, no ha sido una sorpresa, dado que una década después de haber abandonado su país, ha sido capaz de romper todos, o casi todos, los récords.
Sólo el año pasado, se convirtió en el máximo goleador de partidos oficiales de la historia del club azulgrana; batió el récord de tantos anotados en una temporada de la Liga de los Campeones (14); y realizó el mayor número de goles en un año natural (91: 86 con el Barça y 12 con su selección), rompiendo el récord que desde hace cuatro décadas ostentaba el alemán Gerd Müller.
No sólo las cifras asustan, también las comparaciones. El astro argentino ha superado a otras figuras de la galaxia del deporte más seguido del mundo, nada menos que a los holandeses Johan Cruyff (1971, 1973, 1974) y Marco Van Basten (1988, 1989, 1992), y al francés Michel Platini (1982, 1983, 1983).
Este último, actual presidente de la UEFA, afirmó hace poco que estaba convencido que el artillero azulgrana lograría su cuarto Balón de Oro, fuera este año o en el futuro próximo, dada su juventud.
Messi tiene 25 años y aún varios años de carrera por delante en los que quiere “seguir conquistando títulos colectivos”, porque aunque parezca mentira, el jugador no está contento consigo mismo.
“No creo que este haya sido mi mejor año”, afirmaba en rueda de prensa poco antes de lograr el galardón, argumentando que a pesar de todo lo conquistado individualmente, el año no había sido prolijo en títulos para el Barça.
Una opinión totalmente opuesta a su eterno rival, Cristiano Ronaldo, artillero portugués del Real Madrid, y también candidato a la edición 2012 del Balón de Oro, que en ese mismo encuentro con los reporteros afirmó que “pase lo que pase hoy, para mí, misión cumplida”, recordando que el Madrid ganó la Liga y la Supercopa.
Ronaldo -que en la gala lució un refinado esmoquin a medida- perdió por tercera vez ante Messi (2009 y 2011) y debe contentarse con haberle arrebatado al azulgrana el galardón de 2008, y la segunda plaza en 2007 -aquel año ganó el brasileño Kaká-.
Para pasar el mal trago, el blanco contó con el apoyo de sus compañeros de equipo, Xabi Alonso, Sergio Ramos e Iker Casillas, que también estuvieron en el Kongresshaus, -todos ellos incluidos en el 11 ideal de la FIFA- pero no con su entrenador y compatriota José Mourinho, finalista al Mejor Técnico del Año, y que no quiso asistir a la fiesta.
Fuente el nuevo heraldo
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